Publicado el 03/03/2014 por Daniel Grifol
Yo hasta hace muy pocos años no tenía ni idea de marketing, pero sí que sabía de una cosa: videojuegos. Cual fue mi sorpresa cuando aterricé en el mundo del desarrollo de juegos para redes sociales y comprobé que los videojuegos necesitaban de marketing (por supuesto) pero que el marketing también necesitaba de las técnicas que se aplicaban a los videojuegos.
La gamificación es un término que se refiere a un conjunto de técnicas y mecánicas que se utilizan tradicionalmente en juegos de todo tipo aplicadas a otros ámbitos que en principio no tienen nada que ver.
Por ejemplo, podemos encontrarnos gamificación como técnica de motivación en el mundo de los recursos humanos, podemos encontrarnos gamificación en las redes sociales, encontramos gamificación en la educación... O, lo que nos interesa, podemos usar la gamificación como estrategia de marketing, especialmente en el marketing online.
Y es que muchos de los productos que son objeto del marketing online son fácilmente adaptables a técnicas de gamificación extraídas de videojuegos, conocidas comúnmente como mecánicas de recompensa y retención. A fin de cuentas, ambos dependen de una capa de programación que tiene en muchos casos una base en común.
Esto es porque la gamificación tiene la ventaja de disparar los procesos mentales más primarios del ser humano. Estimula los circuitos de recompensa, de compromiso y de ansiedad con una facilidad pasmosa, generando comportamientos en nuestros clientes que no se encuentran normalmente de una forma tan directa aplicando técnicas más tradicionales de marketing.
Utilizando esto a favor de nuestro producto, podemos lograr cosas como que la gente acuda a un lugar en particular regularmente en vez de a otro para “ganar a sus amigos”, cuando no están logrando nada realmente (Foursquare), que la gente se sienta comprometida con algo que en realidad ni les va ni les viene (Farmville), o registrar tus logros e intentar superarte a ti mismo haciendo branding inconscientemente e incluso haciendo que la compañía abra una nueva línea de negocio (Nike Running)
La verdad es que la gamificación es tan vieja como el marketing en sí mismo, pero nunca hasta la aparición de juegos masivos para navegador basados en fortísimos bucles de juego muy orientados a la monetización se había considerado un modelo con entidad propia.
Es cierto que el encaje de la gamificación dentro de una estrategia puede resultar complejo y requiere de cierta experiencia. También es cierto que parte de esa experiencia no tiene porqué venir forzosamente de haber empleado técnicas de gamificación debido a que vivimos en un mundo donde nos sumergen en entornos de este tipo constantemente. Basta con ser asiduo a productos gamificados (especialmente videojuegos) y reflexionar sobre las razones que hacen que te enganchen para adquirir una buena base de conocimiento.
Por fortuna, estas técnicas ha dejado de ser una parcela exclusiva de grandes empresas. Últimamente, debido a la democratización que supone el reducido coste de inversión en nuevas tecnologías, también los pequeños negocios están dando el salto a la gamificación de sus productos.
Resulta un mundo apasionante aún por explotar y con mucho potencial. ¿Que mejor engagement existe que el que hace que tus clientes se diviertan a la vez que consumen los productos de una marca?