Publicado el 22/07/2013 por Sandra Sierra
Soy de las que piensa que probablemente con poco se puede decir todo. Y lo mismo piensan las marcas que apuestan cada vez más por la publicidad minimalista. Se han dado cuenta que funciona bastante bien simplificar el concepto por muy complejo que sea.
El movimiento llamado minimalismo nació dispuesto a durar, llevando la imagen a su mínima expresión, alejándose así de un movimiento estético fruto de la moda. Y nos gusta. Nos gusta mucho. Y en publicidad nos encanta por su simplicidad visual fácil de decodificar desde el primer momento. Porque a veces para llamar la atención del público y captar su atención solo se necesita una buena idea con unas dosis de creatividad sin necesidad de manipulaciones asombrosas, efectos espectaculares o composiciones fotográficas que te dejen sin habla.
Atrás, muy atrás, quedan esos anuncios en prensa llenos de texto e ilustraciones donde tenías que ser un as del tetris para poder encajarlo todo. Y aun estando todo bien encajado y en orden la sensación era de anuncio recargado y ornamentado.
Fue en plena revolución creativa, en la década de los sesenta, donde aparecieron los primeros referentes de la publicidad minimalista. Los creativos de esa época lograron ver las necesidades de la sociedad. Una sociedad que con el paso del tiempo fue desarrollando cierta inmunidad a los mensajes publicitarios debido a la cantidad de marcas y productos existentes. Encontraron la solución en la simplicidad de los mensajes para captar la atención de una sociedad cansada de lo recargado y ornamentado.
Debido a eso, ahora la publicidad apuesta por el "menos es más" por varias razones:
El pionero y máximo exponente de esta publicidad fue Bill Bernbach con su más que conocida campaña publicitaria "Think Small" de 1959, realizada por DDB para Volkswagen. Un anuncio minimalista donde se utilizan pocos elementos, colores planos, pocas palabras y un fuerte concepto. (ver imagen portada)
Es sabido que en publicidad lo que hoy es nuevo e innovador mañana ya es antiguo. Y el minimalismo siempre ha tenido su lugar.
A continuación os dejo con algunos ejemplos de gráficas minimalistas demostrando que en publicidad, a veces, menos es más: