Por qué Telegram no superará a WhatsApp
Publicado el 07/02/2014 por B RM
Una nueva app de mensajería instantánea llega con fuerza. Telegram ocupa TT y titulares (quizá demasiados) presentándose como la alternativa abierta y mucho más segura que podría imponerse a WhatsApp. Pero, como pasó con LINE, no ha conseguido conquistarnos.
Ahora mira un momento tu móvil y contesta a un par de preguntas: ¿Cuántos amigos tienes agregados en LINE? De esos amigos, ¿con cuántos hablas sólo por WhatsApp? Bien.
Para determinar si “nos cambiamos” a Telegram o no, lo que nos interesa saber es qué nos aporta realmente. Que una app sea gratuita le puede dar el billete de entrada a nuestro móvil, pero no le garantiza que vaya a quedarse. Echando un primer vistazo a la app, resulta inevitable compararla con WhastApp llegando a una serie de conclusiones.
[caption id="attachment_3989" align="aligncenter" width="873"] Esto no son stickers sino la explicación de las ventajas de la app en su web. Lo único un poco molón. Un fraude.[/caption]
- Diseño y aspectos básicos: Es clavado a WhatsApp en todo. Estructura, colores, fondo de base con dibujitos (¿tan poco seguros de sí mismos estaban?), doble check, notificaciones.
- Seguridad: Nosotros lo que queremos es que no nos vea la pantalla el del asiento de al lado. Vale, bueno, tendremos que convencernos de que WhatsApp es El Mal para creer que siendo idénticas, Telegram en realidad es 400% más seguro y merece la pena que la CIA no se meta en nuestro smartphone. Ah, sus creadores son rusos.
- Chats secretos y temporales: Respecto a los mensajes que se autodestruyen, sólo lo veo útil para insultar o declararte. Pero, ¡OH! ¡qué despiste!, existen las capturas de pantalla. Si quieres que no quede rastro de algo que has soltado (por la boca) (HABLANDO), vuelve a lo clásico y llama por teléfono. Además, sientamucho mejor soltar “ERES UN MAMARRACHO” que enviar un montón de emojis de demonios y bombas.
- Multiplataforma: ¡Venga ya! Comemos, cag…vamos al baño, dormimos y vivimos con el smartphone al lado. Que alguna noche en el sofá le demos una oportunidad a las tablets (con el smartphone al lado) no nos va a separar de este apéndice al que tanto queremos.
- Envío de todo tipo de archivos: Seguro que clamaste al cielo cuando descubriste que ese cliente con el que ya tienes confianza te pidió un favor por WhatsApp a las 23:00 el jueves pasado pero no te pudo adjuntar el Excel. No, amigos, lo que nos pasamos son memes de Julio Iglesias, fotos de macizas (sí, sabemos de ese grupito) y algún vídeo de un gato cantando Feliz Navidad/cumpleaños de ese tío que maneja mogollón las nuevas tecnologías.
- Grupos de 200 usuarios: Gracias Telegram. Los grupos de 50 en WhatsApp donde todos nos enteramos a la perfección de lo que están discutiendo los otros 49 se nos estaban quedando pequeños.
- Migración: A veces pasa. Los planetas se alinean y dejamos Tuenti. Pero WhatsApp por ahora no da señales de caspa y es donde tenemos a todos nuestros contactos. Y lo más importante: nuestras madres y abuelas ya lo entienden y hasta le están cogiendo el ritmillo al teclado. No las hagamos sufrir.
- Precio: Ah sí, espera. Te ahorras 0,73€ en un año de conversaciones ilimitadas. Que no está la cosa para derrochar.
[caption id="attachment_3990" align="aligncenter" width="1200"] WhatsApp te lo ha dado todo y lo sabes.[/caption]
Por si lo volvéis a intentar, aquí damos algunas pistas a los desarrolladores que quieran convertirse en los Masters de Universo de la mensajería instantánea, es decir, cómo debería ser la app que superase a WhatsApp.
- Mensajes a deshoras: Todo mensaje recibido antes de las 8:00 AM saltará como una notificación de audio con la voz de Scarlett Johanson o Ryan Gosling (según lo configures) diciendo “Good morning, honey”.
- Los emojis/stickers definitivos: Insertarán tu propia cara en cualquier cosa. Guiños, sonrisas, enfados, aviones, muñequitas flamencas. La personalización absoluta. Cacas sonrientes que son tú.
- Modo “Voy por la quinta copa”: Sustituirá automáticamente expresiones comprometidas por otras más apropiadas y neutras. Así, si por un descuido quieres escribir a eso de las 6:30 “Tch d mens. Stas sla? M paso??” lo que le llegará a tu interlocutor/a será “¿Qué tal todo? ¿En el trabajo bien? El verano es maravilloso”.
- Reloj configurable: El marcador de envío de mensajes y de última conexión podrá aparecer en centésimas de segundo. Para evitar malentendidos, que ya se sabe.
- Modo fantasma: A los 5 días de no contestar en un chat, tu usuario se eliminará aparentemente del mismo. Pero seguirás ahí. Acechando.
- Bloqueo automático de amigos según su estado: En el momento en que cualquiera de ellos configure el estado de su perfil con citas del estilo de “No me molestes si no es urgente”, “Fuera de tu alcance”, “N llores x habr prdido el sol…” o “Hastaluegorr”, será automáticamente bloqueado y no podrá ponerse en contacto contigo hasta que lo modifique. Merecido lo tiene.
- Insonorización de chats de grupo: Automáticamente, en cuanto sean creados. Todos. Siempre.
Seguro que estos consejos le vienen bien al próximo “Telegram” que aparezca en nuestras vidas. Mientras, aun con sus carencias, seguiremos wasapeando. -(guiño)- -(guiño)- -(pulgar arriba)- -(eso que nadie sabe si son dos manos rezando o chocando los cinco)-.