Publicado el 18/06/2013 por Daniel Grifol
Las metodologías ágiles son una serie de métodos de trabajo orientados a obtener resultados de la mayor calidad posible con el mínimo coste. Es un movimiento que se gestó a principios del siglo en el mundo de la programación y se plasmó en el manifiesto ágil, pero que en los últimos años, impulsados por la presencia creciente de ingenieros en puestos de directivos de compañías, está comenzando a empapar todas las áreas de producción.
La gran ventaja de las metodologías ágiles es que permiten salvar el hueco que ahora existe entre la planificación tradicional y la velocidad del mundo real. Planificar una campaña de publicidad en muchos casos no tiene sentido de un mes para otro en un mundo dominado por estrellas de un día, anuncios virales y noticias en tiempo real.
Para el día a día y planificaciones cortas, Scrum es un excelente sistema de gestión de tareas. Seguramente muchos de vosotros lo habéis visto alguna vez porque se plasma en las oficinas en un montón de papelitos de colores sobre una pizarra. Pues ese collage tan raro es en realidad una metodología ágil que ayuda a organizar el trabajo de equipos de personas y que es fácilmente exportable al mundo de la publicidad y, en concreto, al del Social Media. Os recomiendo encarecidamente probarlo porque veréis que su aplicación tiene muchísimas ventajas y se adapta fácilmente a vuestras necesidades.
Para procesos más complejos y sumergirse en una forma nueva de entender el mundo desde el punto de vista de la evolución ágil, os recomiendo aprender algo del maravilloso movimiento Lean. En realidad es una filosofía empresarial nacida de una filosofía de producción ideada por Taiichi Ohno, que ha evolucionado hasta convertirse en una forma de entender el mundo gracias al best seller Lean Startup. Entendiendo la planificación de una campaña publicitaria como un producto orientado al público, la filosofía Lean se convierte en un marco fantástico para maximizar los resultados minimizando los costes.
El mundo se mueve cada vez más deprisa y tenemos que ser capaces de anticiparnos a los cambios que se producen a nuestro alrededor y aprender a adaptarnos a ellos. Las metodologías ágiles pueden proporcionarnos este sistema de trabajo imprescindible para que las adaptaciones se lleven a cabo de forma ordenada, efectiva y en un corto espacio de tiempo.