Publicado el 14/11/2012 por Jesús Colmenar
2012. Año en el que estamos actualmente, y que en tan solo dos meses habrá acabado. A toda esa gente que como yo, ama y no deja de estar interesado por el mundo de la publicidad, el marketing y la comunicación, les digo: Que levante la mano el que no haya escuchado a lo largo de este año algo acerca de la revolución digital en el mundo publicitario… (dejemos un momento de reflexión)… Creo que todos nos quedamos de brazos cruzados.
“La revolución digital de la publicidad”: concepto reciente, amplio, y a la vez escueto, que a día de hoy se ha introducido en nuestras vidas y en nuestra profesión de forma inminente, y al parecer ha llegado para quedarse. Palabras como SEO, SEM, Rich Media, Redes Sociales, Plataformas Interactivas, Aplicaciones, Dispositivos Móviles, etc. Todo un cúmulo de nuevos términos y de nuevas formas de gestión publicitaria, que cada vez están más presentes y que en poquísimo tiempo se han convertido en los grandes protagonistas publicitarios de nuestros días.
Pero, con toda esta renovación del mundo de la publicidad, ¿qué ocurre con la publicidad convencional? ¿Qué puesto ocupan a día de hoy las campañas publicitarias de televisión, radio, prensa o exterior?
Según apunta José Berenguel Fernández, profesor de Marketing y Comunicación en la Universidad de Cádiz, “con la crisis actual y tras conocer las previsiones a las que se enfrentan los medios de comunicación y el sector publicitario, parece que a día de hoy toda esperanza recae en la proliferación y la confianza de los anunciantes por los soportes alternativos y los medios digitales”.
Pero ante este panorama, en este post escrito por un servidor, voy a ser yo el que desde mi humilde opinión, rompa una lanza en favor de aquella publicidad que vimos nacer hace casi un siglo, y que creo que sigue mereciendo un gran respeto, a pesar de la revolución tecnológica y digital que está experimentando el mundo publicitario en nuestros días.
Me llama la atención una cosa. Quizás sea algo banal para muchos, pero es curioso cómo a día de hoy no deja de hablarse acerca de la publicidad digital, y al mismo tiempo la serie Mad Men, enfocada íntegramente a la publicidad convencional en su más puro esplendor, cada vez cautiva más a la gente y no para de tener en su haber miles de adeptos y seguidores. Esta serie es de origen estadounidense y fue creada por Matthew Weiner. Es actualmente una de las series televisivas con más éxito a nivel mundial. Tiene en su haber hasta cuatro Globos de Oro y quince Emmys y está considerada una de las mejores series dramáticas del momento.
Pues bien, aunque parezca una tontería, con tanta revolución digital y tanta publicidad interactiva, en esta serie no se trata otra cosa que del éxito de un tipo de publicidad diseñada nada menos que a plumilla y lapicero. De aquella época dorada en la que los anuncios se creaban sin la existencia de tecnología, sin ordenadores ni herramientas tan básicas actualmente como el photoshop. De un tipo de publicidad que hasta hace bien poco ha llevado al éxito a un gran número de grandes marcas.
Y bien, en este punto quiero dejar claro la idea de no querer desprestigiar los nuevos avances que a día de hoy se están efectuando en el mundo publicitario. Considero que la revolución digital que la publicidad está experimentando ahora mismo es algo de lo todos debemos estar orgullosos. Tanto desde la postura de los anunciantes, como desde el mundo profesional de las agencias. Creo que se están dando enormes pasos, y se están lanzando al mercado grandes alternativas publicitarias dignas de éxito, y que hace unos años ni nos imaginábamos.
Pero también es cierto que de algún modo estamos dejando un tanto de lado la publicidad tradicional. Y ésta creo que a día de hoy puede seguir aportando el mismo éxito y las mismas satisfacciones a los anunciantes a pesar del panorama de crisis en el que estamos inmersos. Además, es de considerar que el mundo radio, televisión, prensa o exterior, es una apuesta segura. Y me explico: La nueva generación publicitaria del mundo digital es una generación todavía en pañales. Son muy sonados los casos de éxito, pero lo que interesa ahora es su permanencia en el tiempo. Y eso es algo que aún deberemos comprobar de aquí en adelante. En cambio, la llamada publicidad ATL tiene a sus espaldas casi un siglo de riguroso éxito. De ahí que desde mi punto de vista, a pesar de estar en un mercado segmentado, con múltiples targets, con mil y un hábitos de consumo, y con un tipo de consumidor cada vez más exigente, creo que la campañas de publicidad tradicional pueden seguir creando impacto en los públicos, habiendo tras de sí un sólido trabajo creativo y estratégico.
Como conclusión, decir que todo lo dicho debe tener su correspondiente justificación y argumentación. Por ello, en mi próximo post, me dispondré a plasmar casos actuales de publicidad tradicional donde el éxito ha sido más que evidente. Publicidad de la de siempre que demuestra poder seguir estando en la cresta de la ola. Pero para eso habrá que esperar.
En definitiva, considero que la comunicación ATL puede seguir aportando mucho y esperemos que anunciantes y agencias sigan apostando por ella. Animémonos todos a no enterrar a aquella publicidad que vimos nacer hace casi cien años.
Nos vemos pronto. ¡Saludos!
Jesús
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