Publicado el 03/12/2014 por Daniel Grifol
Llevo a mis espaldas el desarrollo directo o indirecto de unos 500 sites. He tratado con clientes de un montón de sectores, edades, conocimientos en el mundo de internet. Debo reconocer que tardé bastante en tener las tablas para expresar mi opinión delante de ellos, aunque fuera por su bien.
“Pero usted quiere que visiten su web ¿verdad?”
Por supuesto que la gente quiere que su negocio online tenga éxito y reciba miles de visitas, pero solo un puñado de gente sabe reconocer la importancia de la densidad de texto, de la posición de los H’s, de la configuración de la estructura taxonómica o del formato apropiado de URLs. Ese es el trabajo de un experto.
Un cliente sabrá opinar si le gusta más el azul turquesa o el azul cielo, los productos con fotos cuadradas o rectangulares, pero al final lo que te pedirá son visitas. Y para tener visitas lo mejor es empezar a trabajar las cosas bien desde el minuto 1.
Un web capaz de competir por las primeras posiciones en palabras relevantes debe estar pensada desde el principio en términos de SEO, no en términos de comunicación ni en términos de diseño.
El estudio de palabras clave debe ser el que dicte el lenguaje a utilizar en la web y lo que debe dictar la estructura de secciones. El estudio de los embudos de conversión y la usabilidad debe ser lo que dicte cuál debe ser la posición de los elementos. La correcta disposición de las diferentes etiquetas que ayudan al seo es lo que nos debe dictar la maquetación de los contenidos.
Con una web construida entorno al SEO es mucho más sencillo que el negocio de un cliente tenga éxito. Y, seamos realistas, al cliente le gusta tener una web que le guste estéticamente, pero le gusta todavía más ganar mucho dinero con su web.
Si quieres competir en una carrera, es mejor pedir que un equipo de ingenieros te diseñe un coche ganador con los recursos de los que dispongas que comparte el coche que te gusta y tunearlo para que corra un montón.
Hace tiempo que dejé de ver el desarrollo web como un arte y empecé a verlo como un negocio. Un negocio en el que si los clientes ganan dinero el desarrollador gana dinero.
Cada vez me siento más tentado de ir más allá y decirles a los clientes “Si quiere visitas déjelo todo en manos de un equipo de profesionales. Prometo dejarle opinar sobre el color.”