De emoción(arte) comunicando

Publicado el 21/02/2013 por Alejandra Hernández

"No me des lógica, dame emoción".

 (Billy a su guionista I.A.L Diamond)

'Pobrecitos los que no se emocionan' que dice mi madre, más allá del mundo de la comunicación; y no. Y  es que no somos otra cosa que un millón de emociones. Interrelacionadas entre sí, y las sinergias que se producen entre las nuestras propias, y las de otros.

¿Cuándo empieza y cuándo acaba una comunicación? Estamos comunicando todo el tiempo, incesantemente. Hablemos o no. Incluso en ese parón en el que te callas "por no añadir algo que pueda resultar desafortunado", es cuando más cantidad de mensajes emites. Tu receptor estará captando todos tus mensajes. Lo verbales y los no verbales.

Las emociones también comunican, ¡usémoslas! De hecho las usamos 'por defecto', nos viene de serie, pero aprendamos a usarlas 'con cabeza'. A sabiendas de que las estamos usando: de saber exactamente cuándo empezamos a usarlas y hasta cuándo.

La charla de Javier Cebreiros en TEDxGalicia: Comunicación, emoción y sueños es de lo mejor que he visto en mucho tiempo acerca de oratoria, comunicación, hablar en público, emociones y el arte de hacer todo esto de una forma completamente brillante.

 

"Primer error: personas sin emoción" las emociones se contagian dice Javier.

"Segundo error de la comunicación: 'Personas sin sentido. Si quiero comunicar algo bueno de algo que no me gusta, ¿sabéis cómo saldrá? Mal. ¿Y qué comunicaremos? Algo malo. Algo va mal, debemos cambiar, tenemos que dar sentido a cada cosa que hacemos".

“Tercer error de la comunicación: Personas sin mensaje.”

De emoción va el tema

Sin duda alguna, si no tienes emoción, no la transmites, no transmites. Y si no lo haces, la mayor parte o todos tus objetivos se quedan en el intento.

Esto es prioritario. Puedes tener mensaje y sentido pero no es lo único. La emoción, a mi juicio es, esa chispa que hace que consigas acercarte (de verdad) a tu auditorio, conectar de persona a persona. No es tan complejo, basta con conectar primero con uno mismo (pero de verdad). La comunicación y la emoción empieza en nosotros mismos y tiene la capacidad mágica de contagiarse a los demás: desde la primera palabra, pasando por cada silencio y espacio entrelíneas, hasta la última. Aprovechémoslo.

El sentido

Estar en contradicción no funciona como en todo en esta vida. Hay que tener una cierta fe en lo que hacemos. Hay que creer de verdad para hacer creer, hay que disfrutar de verdad para comunicar que se está disfrutando. De resto podremos actuar, pero ya escapa a la realidad por completo. De esto se habla menos en los cursos de oratoria. Hay que tener un sentido y en las clases de comunicación de este tipo se parte de que se tiene. No deberíamos darlo por hecho. No basta con tenerlo, debemos creérnoslo.

El mensaje

Estar por estar, no tiene sentido, aun teniéndolo. Hay que tener algo que decir y decirlo, que decía Oscar Wilde, sus dos reglas para escribir, yo las extrapolaría a la comunicación oral.

Es en esta parte, a mi juicio, en la que se centran los cursos de comunicación hablada y oratoria: herramientas y técnicas, que son necesarias, pero no lo son todo. Hay recursos verdaderamente eficaces incluso de entre los más básicos, pero no son lo único. Sin el resto de puntos, no conseguiríamos nuestros objetivos.

“Somos las emociones que comunicamos y elegimos lo que comunicamos”, que dice Javier Cebreiros, antes de esta charla con las reflexiones que trae implícitas éramos otros , seguro. Ahora, elijamos bien siempre. Depende solamente de nosotros mismos J

 

Imagen | Tattooed JJ